Hanni Ossott: considerada como una de las voces fundamentales de la poesía venezolana contemporánea; nace en Caracas el 14 de febrero de 1946 y fallece en la misma capital, el 31 de diciembre de 2002.

Licenciada en Letras de la Universidad Central de Venezuela y Profesora de la Escuela de Letras en esa casa de estudios, dicta durante veinte años, asignaturas, todas ellas enmarcadas dentro de su propia visión del existir : “Necesidades Expresivas”, “Poesía y Poetas”, “Literatura y vida”, “Poesía y pensamiento”, ... declarando en la enseñanza de sus cátedras.

Su obra literaria incluye títulos como “Hasta que llegue el día y huyan las sombras”, “El reino donde la noche se abre”,“Plegarias y penumbras”, “Cielo, tu arco grande”, “Casa de agua y de sombras” y “El circo roto”.
Pese a especializarse en poesía llegó a publicar varios libros de ensayos filosóficos. Obtuvo los Premios Nacionales de Poesía José Antonio Ramos Sucre y Lazo Martí y, en 1988, fue galardonada con el Premio Nacional de Poesía otorgado por el Consejo Nacional de la Cultura (CONAC).

En una oportunidad, Manuel Caballero, quien fuera su esposo, expresó que, a diferencia de otros artistas, “Hanni no escribía poemas, sino que los vivía con una intensidad inigualable”.

Poesía

Quien vive la poesía, vive la tensión.
El cielo, la tierra, los hombres les resultan extraños.
Calla: aquí vive un Angel...! un pájaro!
La serenidad y la tormenta conciernen al poeta.
El cielo naranja sobre una colina azul
La sagrada voz del Réquiem de Brahms
El plenilunio. La melancolía.
Al poeta le gusta el abrazo
el roce, los besos llenos de licor
y la caricia, la última caricia
la caricia final
susurrada
infinita
¿Qué es ser poeta?
Llorar.
Llorar. Infinitamente.
Y escuchar una voz de hombre
silente y viril
por su feminidad perdida
porque la poesía es feminidad.
Y los hombres poetas deben ser femeninos.
Y las mujeres poetas deben ser masculinas
Y esta es ley de Dios
Ley sagrada