"Cuando tengo una preocupación, un dolor o un amor tengo la suerte de poder transformarlo en poesía"
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El pasado 17 de mayo murió a los 88 años Mario Benedetti, uno de los escritores más prolíficos de la literatura iberoamericana.
Tras de sí Benedetti, miembro de la llamada "Generación de 1945", caracterizada por su severa crítica a lo establecido, deja 80 libros que abarcan todos los géneros literarios, desde la poesía hasta la novela, pasando por el cuento y el periodismo.
En su obra se nota una mirada crítica a las "izquierdas" que lo obligaron a exiliarse durante varios años. Muestra también la perspectiva de alguien que creyó en la vida, en el amor y en la ética.
"Él siempre dijo que se sentía más poeta que otra cosa", señaló la biógrafa del escritor, Hortensia Campanella, cuando presentó hace unos meses el libro "Mario Benedetti. Un mito discretísimo", con el que trazó la trayectoria de uno de los mitos de la literatura hispanoamericana del siglo XX y quizá la conciencia poética de todo un continente.
La de Benedetti, dijo Campanella ha sido "una vida que ha ido persiguiendo la utopía y que por eso mismo ha encontrado en la poesía su mejor expresión, o por lo menos, la más querida, la más auténtica".
La poesía, decía Benedetti, es "un altillo de almas", un "tragaluz para la utopía" y "un drenaje de la vida/ que enseña a no temer a la muerte".
En 2008 Benedetti publicó su último poemario, "Testigo de uno mismo", un libro que vino a ser un poco el resumen de su carrera poética.
Además, en esta obra presentía ya el final de sus días, sin tapujos, a la vez que insistía en la soledad sin su amada Luz y con un mundo reducido: "Acontece la noche y estoy solo/ cargo conmigo mismo a duras penas/ al buen amor se lo llevó la muerte/ y no sé para quién seguir viviendo".
Su obra en prosa dejó también honda huella en la literatura iberoamericana, su principal novela, "La tregua" se convirtió en un clásico con más de 140 ediciones en 20 idiomas desde su publicación.
Sobre sus cuentos el escritor mexicano José Emilio Pacheco dijo que dentro de la enorme obra de Benedetti, sus reseñas y sus cuentos no han sido evaluados en todo su valor, pues sus novelas y poesía han atraído siempre la atención de sus lectores.
La muerte de Benedetti consternó a los uruguayos, miles de personas se arremolinaron a las puertas del Salón de los Pasos Perdidos del Parlamento de Uruguay, para rendir homenaje al fallecido escritor.
Entre los presentes que los dolientes llevaron a la capilla ardiente destacan decenas de bolígrafos, en recuerdo de lo dicho por el escritor, quien en una ocasión comentó que cuando muriera no olvidaran su bolígrafo.